Marcos, hola:
tan sólo te mando unas palabras para decirte que soy una gran fan tuya, que te admiro muchísimo y que me has robado el corazón. Me has hecho llorar y reir en estos cuatro días más que en el último año. Y tú te estarás preguntando... ¿pero cómo me puede querer tanto si ni tan siquiera me conoce?
Pues muy fácil... con tu fuerza y energía, me has recordado las prioridades de la vida, que tengo que dar gracias por lo que tengo, valorar la salud por encima de todas las cosas y que por muy pequeño que se sea... siempre hay que luchar y nunca nunca nunca darse por vencido.
Todo empezó con una gran fiesta, una gran celebración, yujuuuuuu!!! Por fin, después de más de unas semanas de espera ansiosa ya estabas aquí. Wow, que subidón!!! Todos estábamos deseando verte... tocarte... cogerte... comerte a besos... Pero... el destino, la suerte, el azar, o el grande de ahí afuera... no quiso que la fiesta se alargara mucho más... tenía otros planes para ti. Enseguida nuestros pelos se erizaron, el corazón golpeaba más rápido, el estómago subía, la respiración se espesaba... la pregunta se repetía una y otra vez... ¿por qué?
Pero ahí estabas tú diciéndonos, tranquiiiiilos, todos tranquilos... Yo puedo!
Con menos de doce horas de vida, te metiste en un quirófano durante horas y, días más tarde, sigues agarrándote a la vida como un espartano. La lucha no ha terminado, de hecho, siento ser yo quien te lo diga... pero la lucha nunca acabará. Pero tú tienes mucho que enseñarnos a todos. Se que no te asusta. Sabes que hay que aceptar las cosas como vienen, pero pelearlas... e intentar salir victorioso de ellas y que por lo menos, pase lo que pase, se diga que lo intentaste con todas tus fuerzas. Eso es lo que te hace tan especial. Esa es tu esencia. Y eso es lo que hace que te quiera todo el mundo, que te ganes su respeto y que estés, sentadito en esa sillita con la cabeza bien alta.
¿Cuánta gente vive una vida entera y no consigue ni la mitad que tú?
De parte de Marcos, a tí que aún estás a tiempo: SALUD y VIVE
